martes, 14 de julio de 2009

Aikido: método de defensa superior


El Aikido es un arte marcial moderno japonés que aparece como tal sobre los años 40 del siglo xx. Su fundador es el maestro de artes marciales Morihei Ueshiba.
El término Aikido significa: el método (do) de coordinación o armonía ( ai ) de la energía ( ki ); se trata, por tanto, de coordinar los movimientos y energía de uno mismo con los del atacante para neutralizar su agresión. Por lo tanto, este arte marcial lo que pretende es enseñar a defendernos de una posible agresión, pero sin llegar a lastimar o destruir a la persona que nos ataca, sino, símplemente neutralizar ese ataque y hacerle ver a esa persona que su actitud no tiene sentido.
Esto, que a la par parece sencillo, requiere un alto grado de, primero, control y estabilidad emocional y, segundo, alto grado de aprendizaje de las técnicas.
Muchos practicantes que empiezan en el Aikido se frustran después de un tiempo porque ven que se tarda, según ellos, demasiado tiempo en aprender bien las técnicas para poder aplicarlas. Esto es verdad en cierto sentido, ya que las técnicas de este arte marcial son complejas y requieren un estudio profundo y prolongado para poder ser manejadas con destreza. Pero ello es debido a que, para defenderse de alguien que quiere hacernos daño deliberadamente y hacerlo de forma sosegada, sin miedo, control y sin intenciones de provocar perjuicio en contra de esa persona, hace falta mucho trabajo interior y exterior; es una forma de autodefensa superior en el sentido de que podemos defendernos de forma muy efectiva y rápida, pero sin perjudicar ni dañar al agresor. Este concepto entraña cambiar muchos conceptos interiores, como el exceso de ego, la rabia, ira, miedo, lucha constante... y este cambio requiere tiempo y mucha práctica. Ésta filosofía interior de no dañar, no luchar, mantener la calma y no desear el mal ajeno es lo que muchas veces frena o enlentece nuestro aprendizaje, porque nos tenemos que enfrentar a estas dificultades día tras día, y cambiar nuestras nociones y formas de actuar que hemos adoptado a lo largo de toda una vida, exige un proceso constante y largo.
Pero, a pesar de estas dificultades que entraña, los beneficios y gratificaciones que aporta su práctica son indescriptibles. Conseguir una atención relajada, eliminar el miedo, controlar los actos de uno mismo, adquirir seguridad, agilidad y destreza, mejorar la salud física y psíquica... son sólo algunos de los beneficios de la práctica del Aikido. Y, otra cosa maravillosa de este arte, es que podemos extrapolar sus enseñanzas a cualquier ámbito de nuestra vida diaria, como nuestro trabajo y relaciones personales, pudiendo enfrentarlas y abordarlas de mejor manera que antes.
Aikido, una forma de defensa personal que nos servirá tanto para defendernos físicamente como emocionalmente, algo que hoy en día, con los tiempos y acontecimientos que corren, es fundamental para cualquier persona que quiera recorrer con éxito esta vida.

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